Pero no sólo es la leyenda quien cuenta de esta magia. Con su máscara de oro, su séquito de sacerdotes y esclavos y hasta sus animales preferidos, fue descubierta la tumba "del Señor de Sipán". Este hallazgo arqueológico llegó a ser considerado, en un momento dado, el más importante del siglo XX en el Perú, junto con Machu Picchu, hasta descubrirse Caral.
Según los expertos, como Federico Kauffman Doig, Naylamp fue el fundador legendario del reino Sicán (en el siglo IX d.C.) y al morir fue divinizado por sus hijos. Estos contaron que Naylamp era inmortal y que utilizando grandes alas se fue volando rumbo al cielo. Los orfebres de la cultura Sicán representaron a Naylamp en los famosos tumis o cuchillos ceremoniales, donde aparece con figura antropomorfa, alas extendidas y con un rico atuendo.
La dinastía fundada por Naylamp gobernó los ricos valles de Lambayeque hasta que el Imperio Chimú conquistó la región en el siglo XV.
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